Los productos lácteos no son solamente calcio sino que son uno de los alimentos más completos que podemos incluir en nuestra dieta y tienen muchísimos beneficios para nuestro organismo.
El queso, es un alimento muy rico en nutrientes, este contiene una elevada concentración de proteínas y dependiendo del tipo que elijamos una concentración más o menos alta de grasas.
Ahora vamos a esos detalles qué debemos tener en cuenta a la hora de catar o comprar un queso:
A la hora de comprar, es recomendable no acumular grandes cantidades de queso y se aconseja consumirlo lo antes posible, máximo una semana. Hay que acostumbrarse a comprar queso según las necesidades.
No entrar en la moda de los quesos pequeños o envasados al vacío para tener en casa o para regalar. Cada vez que un queso se envasa al vacío pierde propiedades en su sabor y en su olor.
¿La corteza se come o se deja? depende de si el queso es artesanal o no. Un truco para ver si la corteza de un queso no es natural, y por tanto no comestible, es tirar de ella al cortar y ver si salen pequeños hilitos. Si es así no debemos comerla, es plástico puro.
Las cortezas más artesanales pueden ser de tres tipos: de manteca de cerdo, de aceite (la mayoría de quesos) o de romero. Para poder conservarlos más tiempo se les dan baños de aceite o manteca de forma regular durante su curación.
Para saber si un queso está rancio o a punto de estarlo, hay un truco que nos ayudara a descubrirlo: la existencia de una película oleaginosa sobre la corteza indica que el queso ha estado expuesto a varios cambios de temperatura y, por ello, libera grasa de su interior que es lo que provoca que se vuelva rancio.
A mayor tiempo de curación, menor acidez del queso. Se necesita mucha acidez al principio del proceso pues aporta la grasa y proteína, pero, a medida que el queso va madurando, la acidez reduciendo.
El sabor de un queso, cambia con el tiempo y según las estaciones del año. Además, también puede cambiar su sabor si el trozo está más cerca de la corteza o más al centro.
Como casi todos los productos de origen animal, la alimentación del animal es fundamental. El proceso de elaboración y maduración del queso son, sin duda, los que mandan en el sabor final.
Para saber si la textura de un queso es la adecuada podemos probar a cortar un trozo con la mano, que sea fácil de cortar. Aunque el queso sea de tipo blando, la textura ha de ser tierna, cuando no está muy compacta indica falta de maduración.
Existen diferentes y deliciosas maneras de incluir este rico y completo alimento en nuestra dieta, para que sea sana y equilibrada. Si aún no lo haces, ¡empieza ya!